Oración

La oración es para nosotros el centro y la fuerza de nuestra vida. Es en Cristo donde encontramos el sentido de nuestra vida.
Vivimos nuestra misión de oración en el espíritu de la Encarnación, para que Jesús continúe su oración en nosotros por medio de su Espíritu.

(RV nº 12)

Nuestra Regla de Vida dice:

Vivimos nuestra misión de oración en el espíritu de la Encarnación, para que Jesús continúe su oración en nosotros por su Espíritu (RV n° 12)

La oración de Jesús, que acogemos, nos lleva a comprometernos en la vida apostólica y este compromiso nos invita a una intimidad cada vez mayor con el Señor. De este modo, vida y oración se entrelazan constantemente en una actitud filial y fraterna. (RV n° 15)

Nos preocupamos de poner en práctica todo lo que permite esta vida de oración y ayuda a perseverar en medio de las dificultades:
un clima de silencio en nuestro interior y a nuestro alrededor
investigación sobre nuestros ritmos de oración,
preparación de la oración personal y comunitaria. (RV n° 18)

La Comunidad

Lo que me atrajo de la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús fue la sencillez de las Hermanas. Eran alegres, humanas, sin complicaciones.

La Regla de Vida nos dice:

La comunidad es un signo del Reino cuando dejamos que Dios viva en nosotros su amor que nos reúne. (RV n° 28)

Vivir en comunidad fraterna forma parte de nuestra misión en la Iglesia. Tenemos que testimoniar que, más allá de las tensiones y otras dificultades, inevitables en una vida en común, la fraternidad es posible en un mundo donde la indiferencia, el odio y la violencia son frecuentes. (RV n° 31)

La comunidad es un signo del Reino cuando dejamos que Dios viva en nosotros su amor que nos une.

(RV nº 28)

El servicio de la fe

Tenemos que "decir" a todos aquellos que el Señor pone en nuestro camino, EL AMOR DEL PADRE POR CADA UNO.
Jesús vino a vivir entre nosotros para revelarnos que Dios es Padre y nos hace sus hijos e hijas. Él continúa su misión de salvación en nosotros y a través de nosotros, como a través de Ana María Martel y sus compañeras.

Regla de vida 20

  • Por eso estamos presentes y cerca de nuestros hermanos y hermanas, nos implicamos en el mundo en el que viven, compartiendo sus problemas y esperanzas...
  • Anunciamos a todos la Buena Noticia de que el amor de Dios está entre nosotros
  • Como Jesús, tenemos que ayudar a todos a crecer como personas...
  • Trabajamos por la liberación del hombre y la mujer llamados a ser hijos e hijas de Dios.

Tenemos que "decir" a todos aquellos que el Señor pone en nuestro camino, EL AMOR DEL PADRE POR CADA UNO.